El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha defendido su controvertida decisión de prohibir la matriculación de alumnos extranjeros en la Universidad de Harvard, una medida actualmente sujeta a revisión judicial. En un mensaje publicado en su plataforma Truth Social, Trump expresó su preocupación por el hecho de que el 31% de los estudiantes de Harvard provienen de países que, según él, no son aliados de EE. UU. y no contribuyen al financiamiento de su educación. El presidente argumenta que el Gobierno tiene el derecho de investigar a estos alumnos, señalando que muchas universidades son, en su opinión, focos de ideología extrema.
Harvard, por su parte, ha respondido a esta orden con una demanda presentada en un tribunal de Massachusetts, alegando que la decisión del Gobierno viola la Primera Enmienda y el derecho al debido proceso. La universidad solicita la suspensión inmediata de la orden de la Casa Blanca y ha señalado que siempre ha cumplido con las exigencias legales. La magistrada Allison Burroughs ha fallado a favor de la institución, en un precedente que podría desafiar futuras decisiones de la administración Trump en temas de educación e inmigración.
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