La política proteccionista del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha reconfigurado el panorama económico global desde su llegada a la Casa Blanca, marcada por la imposición de aranceles. Durante una pausa de 90 días en la mayoría de estos gravámenes, Trump se ha centrado en negociar nuevas condiciones comerciales con diversos países, aunque ha excluido a China de estas conversaciones. En una entrevista reciente, el mandatario aseguró que espera cerrar acuerdos en las próximas semanas, destacando el incremento en los ingresos por aranceles, que ascienden a miles de millones de dólares.
En el contexto de la guerra comercial, Apple ha decidido trasladar la producción de iPhones desde China a India, con el objetivo de abastecer el mercado estadounidense para 2026. Este movimiento responde a los aranceles impuestos por el gobierno estadounidense, que han perjudicado significativamente el valor de mercado de la empresa. Por su parte, el gobierno chino ha indicado que evalúa suspender algunos aranceles del 125% sobre ciertas importaciones de Estados Unidos, buscando mitigar el impacto económico en sectores específicos. Sin embargo, las negociaciones están en un estado incierto, lo que podría alterar el rumbo de las discusiones comerciales.
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