El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha marcado el inicio de su segundo mandato con un discurso inaugural en el que proclamó el comienzo de una «era dorada». En el interior del Capitolio, el mandatario delineó su agenda, que incluye la declaración de una emergencia nacional en la frontera con México y un ambicioso plan para incrementar las extracciones de gas y petróleo. Empleando un tono desafiante, Trump enfatizó su intención de poner a su país «en primer lugar» y de superarse, sugiriendo que este 20 de enero representa «el día de la liberación» del «establishment corrupto».
Durante su alocución, Trump lanzó una serie de promesas, mostrando su compromiso con medidas que van desde la designación de cárteles de la droga como organizaciones terroristas hasta la reactivación de la Ley de Enemigos Extranjeros para atacar la delincuencia en Estados Unidos. Además, mencionó la defensa de la cultura estadounidense al establecer que solo habrá «dos géneros», al tiempo que afirmó que su administración se enfocará en combatir la inflación y mejorar el nivel de vida mediante aranceles a las importaciones. La política exterior fue también parte de su discurso, donde se refirió al deseo de «recuperar» el canal de Panamá y al cambio de nombre del golfo de México a «golfo de América», reafirmando su ambición de restaurar el respeto global hacia Estados Unidos.
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