El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha declarado que a partir del 2 de abril se implementará un arancel del 25% sobre los automóviles importados, en una medida que intensifica la guerra comercial que ha promovido durante su mandato. Trump justificó esta decisión afirmando que buscará compensar a su país por la pérdida de empleos y riqueza que ha sufrido a lo largo de los años debido a prácticas comerciales desiguales. Esta noticia ha tenido un impacto inmediato en los mercados financieros, donde el índice S&P 500 y el Nasdaq han registrado caídas significativas.
Reacciones internacionales no han tardado en llegar; el primer ministro canadiense, Mark Carney, calificó la medida de «ataque directo» a los trabajadores canadienses y prometió defender sus intereses. En Europa, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, lamentó profundamente la decisión y destacó la interconexión de la industria automotriz entre ambos lados del Atlántico. La UE está evaluando posibles respuestas y contramedidas, mientras que el comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, continúa buscando un diálogo con Estados Unidos, preparando al mismo tiempo un paquete de aranceles que podría tener un impacto significativo en la economía europea.
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