El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó un decreto que busca desmantelar el Departamento de Educación del país, una decisión que requiere la aprobación del Congreso. En un acto marcado por la presencia de estudiantes, Trump argumentó que, a pesar de que Estados Unidos invierte más en educación que cualquier otra nación, los resultados son insatisfactorios, particularmente en matemáticas. «Devolveremos la gestión de la educación a los estados, donde le corresponde», afirmó, destacando que esta medida es popular y responde al sentido común. La secretaria de Educación, Linda McMahon, ha sido encomendada con la tarea de iniciar el cierre de la agencia federal, aunque la Casa Blanca aclaró que se seguirá gestionando el soporte financiero para préstamos y becas.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, defendió que el objetivo del decreto es reducir la burocracia del departamento, el cual, según Trump, ha fracasado en su misión educativa tras gastar más de tres billones a lo largo de las décadas. A pesar de las preocupaciones sobre el impacto en el financiamiento educativo, la administración subrayó que esta medida no afectará la asistencia a estudiantes en niveles primario, secundario y universitario. La propuesta se inscribe en las promesas de Trump de limitar la estructura estatal, y su efectividad dependerá de la respuesta del Senado ante una política que ha sido objeto de controversia y debate desde su concepción.
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