La administración del presidente Donald Trump ha decidido cancelar todos los contratos federales con la Universidad de Harvard, que ascienden a unos 100 millones de dólares, en un movimiento que busca reforzar el control sobre la institución. En una carta que se enviará a las agencias federales, el Comisionado del Servicio Federal de Adquisiciones, Josh Gruenbaum, instruye a las agencias a revisar sus contratos y rescindir aquellos que no consideren críticos, con un plazo de respuesta que culmina el 6 de junio. La misiva también señala que aquellos contratos considerados esenciales serán transferidos a otros proveedores, alineándose con la estrategia de la administración de asegurar que los servicios contratados promuevan sus prioridades.
Este movimiento forma parte de una serie de acciones en contra de Harvard, que incluyen la congelación de 3.200 millones de dólares en subvenciones. El gobierno ha justificado sus medidas como una respuesta a lo que considera un sesgo «woke» y la discriminación en las políticas de admisión de la universidad. Ante esta situación, Harvard ha optado por la vía legal, demandando la restauración de sus fondos y la posibilidad de matricular a estudiantes internacionales, un aspecto crucial dado que representan el 27% de su matrícula. Aunque un tribunal ha restablecido temporalmente este derecho, la incertidumbre persiste mientras se espera una audiencia que definirá el futuro de estas medidas.
Leer noticia completa en La Tribuna de Albacete.