La sierra de Albarracín se viste de rojo cada primavera gracias a las amapolas, que simbolizan la paz y la esperanza. En este entorno idílico, Desirée Ruiz presenta su última novela, La casa de las amapolas, que se adentra en temas profundos como el duelo y los secretos familiares. La historia gira en torno a Flora, una mujer que ha vivido recluida durante más de veinte años en su hogar, sumida en el dolor por la desaparición de su hija Aurora. La llegada de su nuera y su nieta exacerba viejos traumas y resentimientos, obligando a los personajes a afrontar sus pasados.
A través de una narrativa que alterna entre presente y pasado, Ruiz explora cómo las pérdidas moldean las vidas de las mujeres en su novela. Cada una de ellas enfrenta su propio proceso de sanación mientras desentrañan el misterio de la desaparición de Aurora y confrontan otras dolorosas pérdidas. La autora destaca la importancia del entorno como un refugio para el alma, sugiriendo que, a pesar de la tristeza, siempre hay oportunidad para un nuevo comienzo. Con personajes complejos y una prosa envolvente, La casa de las amapolas se presenta como un viaje emocional que invita a los lectores a reflexionar sobre la vida, el duelo y la búsqueda de la verdad.
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