La Conferencia de Presidentes, creada hace más de dos décadas por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, vuelve a reunirse el próximo viernes en Barcelona. Este organismo fue concebido como un foro para fomentar la «estabilidad territorial» y promover el diálogo entre las distintas comunidades autónomas. Sin embargo, el clima de colaboración se ha visto obstaculizado tras el rechazo de las regiones gobernadas por el PP al orden del día propuesto por el Ejecutivo. La última cita, celebrada en diciembre en Santander, terminó sin acuerdos, evidenciando las tensiones entre el Gobierno y las comunidades populares en temas como la financiación autonómica.

El próximo encuentro en Barcelona abordará temas críticos como el acceso a la vivienda y la formación profesional. Históricamente, la Conferencia ha tratado una variedad de asuntos, desde la inmigración hasta la violencia de género, con un enfoque particular en la financiación durante tiempos de crisis. A medida que se acerca la cumbre, persiste la incertidumbre sobre la capacidad de alcanzar consensos, algo que ha sido un objetivo central desde la creación del organismo. La conveniencia de un diálogo efectivo y la disposición de las partes para colaborar son cuestiones clave que marcarán el rumbo de la reunión.

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