De becaria entusiasta a referente del periodismo televisivo en España, la trayectoria de Victoria Arnau es un testimonio de esfuerzo, vocación y apego familiar
Victoria Arnau se ha consolidado como una de las figuras más reconocidas de la televisión española al frente de los informativos de Antena 3. Aunque nacida en Elda (Alicante), su historia está profundamente ligada a Albacete, tierra natal de sus padres y escenario de sus recuerdos de infancia, su crecimiento personal y su identidad emocional.
Con humildad, determinación y una pasión innata por el periodismo, Arnau ha recorrido un camino ejemplar en una profesión que exige tanto rigor como resistencia. «Me acuerdo de aquella becaria ilusionada que bajó del metro y se sintió la persona más afortunada del mundo», recuerda con nostalgia.
Una infancia marcada por la familia y las tradiciones manchegas
Sus padres, oriundos de Albacete capital y de Casas de Juan Núñez, trasladaron su residencia a Elda por motivos laborales. Sin embargo, cada fin de semana la familia regresaba a su querida Albacete, donde Victoria disfrutaba de las reuniones familiares, las sobremesas interminables y la complicidad con sus primos en el patio trasero de la tienda de ultramarinos que regentaban sus abuelos: Jamones y Quesos Arnau, un establecimiento de barrio que muchos albaceteños aún recuerdan con cariño.
Uno de los momentos más especiales del año para Arnau sigue siendo la Feria de Albacete. «Pase lo que pase, me cojo vacaciones en la tele y me voy a la Feria», asegura. Es una cita ineludible en su calendario, que vive con la misma intensidad que en su infancia: risas en el ‘Ratón Vacilón’ con su abuela y los inconfundibles Miguelitos de La Roda.
La vocación heredada y el legado de su padre
El periodismo no fue una elección casual. Aunque su padre no pudo estudiar la carrera por razones económicas —en su época solo se impartía en Madrid y Barcelona—, su curiosidad innata y su amor por la información calaron hondo en Victoria. «Leíamos juntos la prensa los domingos y en casa siempre se escuchó mucha radio», relata. Ese vínculo emocional fue determinante: cuando decidió estudiar Periodismo en Madrid, sus padres no solo no pusieron objeciones, sino que la animaron a seguir su vocación, pese a las dificultades que atraviesa la profesión.
El fallecimiento de su padre hace tres años marcó un punto de inflexión personal, pero también fortaleció su compromiso con el oficio: «Mi padre ha sido fundamental para que yo esté donde estoy hoy».
Del aula universitaria al plató de Antena 3
Su andadura profesional se forjó desde abajo, con prácticas en medios como Televisión Española, La Sexta o la Cadena SER en Elda. Posteriormente, se incorporó como redactora a Espejo Público, cubriendo sustituciones veraniegas. Aunque no fue seleccionada al término del verano, su versatilidad y constancia la mantuvieron activa en otros formatos de Telemadrid y le permitieron regresar a Antena 3, ya más curtida.
«Hay que estar preparado para cuando surja la oportunidad», insiste. Esa oportunidad definitiva llegó hace tres años, cuando el director de informativos le propuso presentar el telediario. “Sabía que ese tren solo pasaba una vez”, confiesa.
Desde entonces, ha ejercido como reportera, redactora y presentadora, con una mentalidad clara: “Soy periodista, no presentadora. Y siempre estaré dispuesta a volver a la redacción si hace falta”.
La trastienda de un informativo
Contrario a lo que muchos puedan pensar, el mayor reto para Victoria no es salir en pantalla, sino todo lo que ocurre antes. “Cuando presento el informativo de las 15:00, estoy en redacción desde las 8:00 de la mañana”, explica. Las reuniones, las escaletas, el trabajo en equipo y la escritura de los textos que luego leerá ante millones de espectadores forman parte de una intensa jornada.
“La gente cree que lo más importante es cómo sales en cámara, pero el trabajo duro está detrás. Me da rabia cuando alguien solo comenta que salgo guapa. No somos modelos. Somos periodistas”, afirma con rotundidad.
Una periodista todoterreno en tiempos de cambio
En un contexto donde el periodismo se reinventa con nuevos formatos y lenguajes, Victoria defiende la polivalencia: “Un periodista tiene que saber hacer de todo, desde redactar hasta montar un vídeo o adaptarse a las redes sociales”. Esa visión integral del oficio la ha convertido en una profesional todoterreno que transmite tanto credibilidad como cercanía.
También ha aprendido a lidiar con la presión y los errores inherentes al directo: “Si yo me equivoco, lo ven millones de personas. Pero hay que aprender a relativizar. Aunque a veces me siga autocastigando, sé que debo seguir adelante”.
Vocación, raíces y gratitud
A día de hoy, Victoria Arnau no olvida sus orígenes, ni la becaria que fue ni la familia que la ha acompañado siempre. Tampoco olvida su tierra. “Soy una disfrutona y me encanta venir a trabajar, pero pocas cosas me gustan más que pasar tiempo en Albacete con los míos”, asegura.
Su historia no solo refleja la evolución de una periodista, sino también el poder de la vocación, el arraigo y la constancia. Desde la pequeña tienda de jamones y quesos hasta los informativos de Antena 3, Victoria Arnau ha sabido construir una trayectoria que honra tanto a su profesión como a sus raíces.
Foto: A3Media