En el corazón de La Manchuela, en Navas de Jorquera, Albacete, se erige el Templo de Gaut, un singular lugar de culto dedicado al dios nórdico Odín. La comunidad odinista que lo habita mantiene viva la tradición de la religión que practicaban los vikingos, celebrando festividades como el Solsticio de Invierno, conocido como Yule. La reciente celebración tuvo lugar el pasado 21 de diciembre, coincidiendo con días más cortos y largas noches, un momento que para esta comunidad simboliza tanto la renovación como el recuerdo de sus antepasados.
La festividad incluye rituales que evocan una conexión con lo sagrado, donde se invoca a los dioses y se enciende una hoguera con un tronco especial, conocido como el tronco de Yule. Este fuego no solo sirve para conmemorar el pasado, sino que también representa la esperanza para el futuro, marcando la transición hacia el nuevo año. Con raíces que se remontan a más de 3.000 años, la comunidad odinista en Navas de Jorquera destaca por su singularidad en un contexto mayoritariamente cristiano, y su fundador, Ernesto García, refleja la evolución de esta antigua creencia en una sociedad moderna.
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