Al menos 26 personas han fallecido y 46 han resultado heridas debido a ataques aéreos del Ejército de India en presuntas posiciones «terroristas» en Pakistán y la Cachemira controlada por Islamabad. Este episodio se produce en un contexto de elevadas tensiones tras un atentado en Pahalgam que dejó 26 muertos. El gobierno paquistaní ha criticado los bombardeos, alegando que han impactado áreas civiles, incluida una mezquita, y ha informado sobre la respuesta firme de sus fuerzas armadas, que derribaron varios aviones y drones indios.
La tensión se intensificó con declaraciones de líderes paquistaníes, quienes advirtieron que la agresión india tendrá consecuencias. El primer ministro Shehbaz Sharif citó la unidad nacional en torno a las Fuerzas Armadas y la disposición de Pakistán para responder con contundencia. En un contexto de desescalada, Rusia instó a ambos países a la moderación, enfatizando la necesidad de resolver las diferencias a través del diálogo. La situación sigue siendo crítica, con medidas cautelares como el cierre de instituciones educativas en Punjab por parte del gobierno.
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