La incorporación de la inteligencia artificial (IA) y la robótica en el sector vinícola avanza de manera imparable, buscando mitigar los efectos del cambio climático y la escasez de mano de obra. Tecnologías como los corchos inteligentes, que analizan parámetros clave del vino, y brazos robóticos, que asisten en el cuidado y recolección de viñas, están transformando la producción. Durante el reciente Salón del Vino en Badajoz, se presentó un sistema que verifica automáticamente el embotellado, evidenciando cómo estas innovaciones no solo elevan la calidad del producto, sino que también aumentan la eficiencia en las operaciones.
El vicepresidente de la Fundación Europea para la Innovación, Juan Francisco Delgado, destaca la importancia de estas tecnologías en la reducción de insumos como fitosanitarios y en la gestión eficiente del agua a través de riegos inteligentes. Además, la IA se está integrando en el enoturismo, facilitando visitas virtuales a bodegas y mejorando la interacción con los consumidores. Con un potencial para aumentar la rentabilidad en un 20% y reducir costos en un 30%, las autoridades deben jugar un papel clave en fomentar estas innovaciones para asegurar la competitividad del sector.
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