El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha expresado su profunda frustración tras la reciente XXVIII Conferencia de Presidentes celebrada en Barcelona, donde la falta de un acuerdo sobre la financiación autonómica, ausente del orden del día, ha sido un motivo de decepción. García-Page subrayó que esta omisión, después de once años de retrasos, es un claro indicativo de que la financiación no se considera una prioridad, enfatizando que sin un compromiso en este ámbito, cualquier diálogo futuro quedará en la inutilidad. Durante su intervención, el líder regional compartió su percepción de un país dividido, semejante a «un puzzle roto», que impide lograr consensos necesarios para avanzar.

García-Page también criticó el clima político actual, caracterizado por un frentismo asfixiante que plantea obstáculos a los acuerdos. En el contexto de la situación económica y la política de vivienda, el presidente advirtió sobre la tendencia de ciertas administraciones a fabricar expectativas sin asumir responsabilidades financieras reales. Argumentó que la riqueza debe ser vista como un recurso nacional, señalando que «no somos propietarios» de ella por territorios, lo que a su juicio, debe guiar los esfuerzos por una mayor equidad económica en España. En este panorama, instó a una reflexión acerca del papel de las administraciones frente a las tensiones sociales en el país.

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