En la Feria de Albacete, el stand de la Diputación se transformó en un auténtico taller de tradiciones, donde se acercaron al arte de hacer queso y pleita. Destinado a revivir saberes ancestrales, la actividad atrajo a numerosos participantes entusiasmados por trabajar la cuajada y experimentar con el esparto. Con herramientas sencillas, aprendieron a obtener queso en menos de media hora, una sorpresa gratificante, especialmente para aquellos que recordaban los métodos de antaño. «El proceso nos conecta con nuestra cultura rural, valorando la labor de los pastores y productores locales», expresó Raquel Sánchez, una de las guías del taller.
Además de la elaboración de queso, el taller incluyó una lección sobre la pleita, el trenzado de esparto que ha sido crucial en la historia de Albacete. José Fajardo, quien dirigió esta parte, enfatizó que esta práctica no solo preserva tradiciones, sino que también tiene implicaciones recreativas y terapéuticas, fomentando la conexión social y el intercambio de conocimientos en grupo. La actividad se convirtió en un reflejo del valor que tienen los pastores en la sostenibilidad del paisaje y la biodiversidad de la región. Estos talleres, más que una mera atracción, se erigen como un importante espacio de reconocimiento cultural y aprendizaje, demostrando que la Feria de Albacete es, al fin y al cabo, un escaparate de la rica herencia local.
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