En una emocionante jornada de baloncesto en silla de ruedas, el equipo AMIAB de Albacete reafirmó su estatus como uno de los mejores en el panorama nacional al alzarse con el Trofeo JCCM. Desde el primer minuto, AMIAB mostró una superioridad aplastante frente al BSR Puertollano, que, a pesar de sus noble esfuerzo y un juego combativo, no logró superar los obstáculos que presentaba su rival, reconocido como campeón de Europa.
El partido estuvo marcado por una intensa tensión, especialmente para el BSR Puertollano. La presión de enfrentar a un equipo con una trayectoria consolidada se hizo palpable en el transcurso del duelo. Errores decisivos, como fallos en tiros, malos pases y oportunidades de anotación malogradas, fueron un fiel reflejo de la ansiedad que sintieron los jugadores. Este nivel de desempeño no solo complicó su estrategia, sino que también impactó negativamente en la moral del equipo, entrenado por Ángel Pablo Sendarrubias.
En declaraciones posteriores al encuentro, Sendarrubias admitió la dificultad inherente a competir en esta categoría tan exigente. A pesar de la derrota, el técnico subrayó la importancia de aprender de los errores cometidos durante el partido. «Es fundamental reconocer lo que no hemos hecho bien y seguir trabajando con dedicación», enfatizó el entrenador, quien mantiene la aspiración de mejorar y consolidar el BSR Puertollano en la elite del baloncesto en silla de ruedas español. Sin embargo, esta tarea se presenta como un desafío monumental cuando se enfrentan a equipos del calibre de AMIAB.
Cada partido representa una nueva oportunidad de crecer y aprender, y el BSR Puertollano está claro en derrochar esfuerzo para lograr sus objetivos. A pesar de la desilusión por el resultado, el mensaje de lucha y perseverancia resuena en el ambiente, dejando entrever que el camino hacia el éxito está lleno de desafíos que el equipo está dispuesto a enfrentar.