La Conferencia de Presidentes, celebrada el viernes pasado en Barcelona, dejó un sentimiento de profunda decepción en Castilla-La Mancha, según las declaraciones del presidente regional, Emiliano García-Page, y su consejero de Hacienda, Juan Alfonso Ruiz Molina. A pesar de las expectativas de la Junta, que buscaba compromisos concretos sobre la financiación de la educación y el desarrollo de un nuevo modelo de financiación autonómica, el encuentro no arrojó resultados favorables, limitándose a un silencio por parte del Gobierno central. Ruiz Molina destacó que no se discutió la financiación autonómica, señalando que esta omisión implica una «oportunidad perdida» para abordar las necesidades económicas de comunidades como Castilla-La Mancha, la Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía.

Además, el consejero enfatizó la urgencia de establecer un nuevo modelo de financiación, idea que ya había sido planteada en la conferencia anterior en diciembre. La falta de progresos en el tema de financiación ha sido una constante, ya que el Gobierno no ofreció ningún calendario ni mecanismo de nivelación para las comunidades más afectadas. Este escenario refleja las tensiones entre las comunidades autónomas y el Gobierno, donde las demandas no sienten respuesta, lo que intensifica la sensación de frustración en Castilla-La Mancha ante la situación económica actual.

Leer noticia completa en La Tribuna de Albacete.