El Congreso de los Diputados ha dado inicio al trámite del nuevo Estatuto de Castilla-La Mancha, tras meses de espera. Con un debate de apenas una hora, la propuesta obtuvo una amplia mayoría con 288 votos a favor de los 335 diputados presentes, respaldo impulsado por el consenso entre el PP y el PSOE. Aun así, algunas voces críticas surgieron, como la de Vox, cuyo portavoz Manuel Mariscal mostró su oposición con un gesto simbólico al romper el documento en la tribuna. Otros partidos, como Sumar y el PNV, dieron su apoyo bajo ciertas reservas, mientras que Podemos y ERC optaron por la abstención, pidiendo modificaciones en el contenido. Notables ausencias en la votación fueron las de Pedro Sánchez y la vicepresidenta Montero, aunque Alberto Núñez Feijóo, líder de la oposición, estuvo presente.
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, expresó su deseo de ver aprobado el Estatuto antes del verano, a pesar de la incertidumbre política que podría prolongar su trámite. El nuevo texto propone ampliar el número de diputados regionales y permitir al gobierno regional aprobar decretos leyes con mayor celeridad. Además, introduce medidas como la creación de nuevos organismos de transparencia, la defensa de caudales ecológicos y el fortalecimiento de la lucha contra el cambio climático y la violencia de género, así como el blindaje de los servicios públicos regionales. Con esto, Castilla-La Mancha busca adaptarse a nuevos tiempos mientras se enfrenta a un entorno legislativo complejo.
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