El CD Castellón ha expresado su descontento por la actuación del árbitro Miguel González Díaz en el partido contra el Albacete Balompié, donde se anularon dos jugadas clave para el equipo albinegro. En particular, el colegiado decidió invalidar un gol que pudo haber puesto el marcador 3-2 a favor de los castellonenses, tras consultar el VAR. Asimismo, no concedió un penalti en el tiempo de descuento, a pesar de que se reclamó una mano dentro del área por parte del defensa del Albacete. El presidente del club, Haralabos «Bob» Voulgaris, se mostró visiblemente molesto y bajó al terreno de juego para confrontar al árbitro, momento que fue señalado en el acta de partido.
El incidente se torna aún más relevante en el contexto de la situación actual del Castellón, que suma ya cinco partidos sin triunfos. Esta racha negativa ha llevado al equipo a estar peligrosamente cerca de los puestos de descenso a la Segunda División, a una distancia de solo seis puntos, lo que añade presión a la necesidad de resultados positivos en las próximas jornadas. La frustración del presidente refleja no solo un desacuerdo puntual con las decisiones arbitrales, sino también la inquietud que predomina en el club en torno a su rendimiento en la liga.
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