Ana Escribano, una investigadora originaria de Albacete, ha logrado un avance significativo en la comprensión de la artrosis desde un laboratorio en Bélgica. Junto a su equipo, Escribano ha identificado una proteína que juega un papel crucial en el daño articular de los pacientes que sufren de esta enfermedad. Este hallazgo es vital, ya que la artrosis afecta a más de 500 millones de personas a nivel global, según la Organización Mundial de la Salud. La investigación ofrece perspectivas esperanzadoras para el desarrollo de tratamientos más efectivos, lo que podría mejorar notablemente la calidad de vida de quienes padecen esta condición.
El estudio de Escribano, parte de su doctorado, ha explorado cómo una vía de señalización podría dañar el cartílago, encontrando un factor protector relacionado con la proteína en cuestión. Los resultados preliminares sugieren que al inhibir esta proteína, los organismos afectados por artrosis muestran una menor afectación de la enfermedad. Actualmente, el equipo trabaja en la identificación de compuestos que podrían ser utilizados en inyecciones para pacientes, aunque se deben analizar los efectos adversos antes de avanzar a pruebas clínicas. Con estos esfuerzos, Escribano y su equipo abren posibilidades prometedoras para el tratamiento de una de las causas más comunes de pérdida de movilidad en la población.
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