La Casa Blanca ha advertido que las importaciones de bienes provenientes de China podrían enfrentar aranceles de hasta el 245% en el contexto de las represalias de la actual guerra comercial entre ambas naciones. Este gravamen elevado es resultado de la combinación de un arancel recíproco del 125% y un adicional del 20% que busca mitigar la crisis del fentanilo, así como aranceles específicos bajo la Sección 301, que varían entre el 7.5% y el 100%. Esta medida se ampara en la Ley de Comercio de Estados Unidos de 1974, que otorga al presidente el poder de imponer sanciones comerciales para contrarrestar políticas extranjeras que se consideren injustas o discriminatorias.
Por su parte, un portavoz del Ministerio de Comercio de China ha denunciado que los aranceles acumulativos que afectan a los productos chinos son una manifestación de la «irracionalidad» del enfoque estadounidense y ha reiterado la postura de Pekín de ignorar tales medidas. Adicionalmente, enfatizó que, si Estados Unidos continúa vulnerando los derechos e intereses de China, el país responderá con determinación. Mientras tanto, las negociaciones comerciales continúan, con más de 75 países manifestando su interés en llegar a nuevos acuerdos, lo que ha llevado a poner en pausa la implementación de los aranceles más altos, salvo en el caso de China, que ha optado por reaccionar a las medidas impuestas.
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