En un nuevo capítulo de tensión diplomática, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la incautación de un petrolero en aguas frente a Venezuela, lo que eleva aún más la tensión con el gobierno de Nicolás Maduro. Según el mandatario, este es el buque más grande incautado hasta la fecha, lo cual podría disuadir a otros transportistas de participar en la exportación de petróleo venezolano. La incautación coincide con la entrega del Premio Nobel de la Paz a la opositora venezolana María Corina Machado, quien no pudo asistir a la ceremonia en Oslo, pero afirmó que llegará a Noruega en las próximas horas. Este acto se suma a las crecientes presiones de la administración Trump, que ha hecho acusaciones severas contra Maduro, imputándolo de encabezar una red internacional de narcotráfico, aunque Caracas niega estas acusaciones enérgicamente.
Las relaciones entre Washington y Caracas continúan deteriorándose, con Trump prometiendo posibles acciones militares directas dentro de Venezuela. Mientras tanto, Maduro ha instado a sus ciudadanos a unirse y prepararse contra lo que describe como amenazas estadounidenses, incentivando el alistamiento en milicias ciudadanas. En este contexto, más de veinte embarcaciones han sido supuestamente destruidas por las Fuerzas Armadas estadounidenses, en operativos que resultaron en la muerte de tripulantes, según informes. Este conflicto suscita complejas implicaciones económicas, dado que la estatal petrolera venezolana PDVSA colabora en perforaciones con Chevron, que opera bajo una licencia especial del Departamento del Tesoro estadounidense, esquivando así ciertas sanciones.
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