El Grupo de Folclore Abuela Santa Ana celebró su tradicional evento de exaltación del traje manchego, continuando con sus 38 años de dedicación a la investigación de esta rica indumentaria. Bajo la dirección de Alberto Montesinos, el grupo ha logrado mantener viva la tradición, compartiendo conocimientos valiosos con el público. Este año, el enfoque se centró en el refajo, una prenda que ha experimentado una notable evolución terminológica y estilística desde el siglo XIX. Montesinos explicó que, según documentos antiguos, la prenda inicialmente se denominaba «guardapiés», cambiando a «refajo» entre 1870 y 1874, un término que ahora consideramos moderno.
Durante el evento, los asistentes pudieron apreciar una amplia variedad de refajos, desde los más antiguos y sencillos, hasta los elaboradamente bordados. Se exhibieron refajos picados sin bordar, otros con bordados simples al filo, y piezas más preciadas como los refajos de «cintón» y de «colonias». También se mostraron refajos de vidas, caracterizados por su singular diseño vertical. Estas prendas, elaboradas en distintos telares y pueblos, reflejan la diversidad y riqueza cultural de la región. Cada refajo, tejido con diferentes materiales como lana y estambre, cuenta una historia sobre su procedencia, destacando las variaciones en las costumbres de cada tejedor y comunidad.
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