La autonomía del paciente se erige como un pilar fundamental en la ética médica y el derecho sanitario, aunque presenta desafíos cuando las decisiones de los pacientes, como la negativa a recibir transfusiones de sangre por motivos religiosos, entran en conflicto con las recomendaciones de los profesionales de la salud. Este dilema ético y legal ha llevado a la creación de directrices que aseguran este derecho, como la reciente ‘Guía de recomendaciones en intervenciones a pacientes que rechazan terapias con sangre o hemoderivados’, elaborada por la Dirección General de Cuidados y Calidad del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, que tiene como objetivo mejorar la calidad de la atención y garantizar el respeto a la voluntad del paciente.
Durante las II Jornadas de Cirugía sin Sangre celebradas en Puertollano, se abordaron estos retos, destacando la importancia del Hospital Santa Bárbara como centro de referencia en la implementación de alternativas a las transfusiones. Montserrat Hernández, directora general de Cuidados y Calidad del SESCAM, subrayó la necesidad de un enfoque multidisciplinario que respete las decisiones del paciente, pero que también busque opciones seguras y efectivas en la práctica clínica. En este contexto, se enfatiza que el uso racional de la sangre es vital, no solo para optimizar los recursos en el sistema de salud, sino también para garantizar que los pacientes reciban la atención adecuada, siempre informados sobre los riesgos y las alternativas terapéuticas disponibles.
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