El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha arremetido contra el Partido Republicano del Pueblo (CHP), la principal fuerza de oposición, acusándolo de fomentar «el terrorismo callejero» en las recientes protestas masivas que han estallado tras la detención del alcalde de Estambul, Ekrem Imamoglu. Durante su comparecencia posterior al Consejo de Ministros, Erdogan condenó la «irresponsabilidad» de los líderes del CHP por incitar a la violencia, que ha dejado al menos 123 policías heridos y ha resultado en más de 1.100 arrestos en todo el país. El mandatario afirmó que la oposición ha desviado la atención de las acusaciones de corrupción en su contra, incitando en cambio al desorden.
Erdogan defendió su enfoque en la estabilidad económica y la lucha contra el terrorismo, argumentando que los disturbios solo empeoran la situación del país. Aseguró que su gobierno no permitirá que estas tensiones pongan en peligro los avances económicos logrados en los últimos dos años. En un contexto político tenso, la situación se exacerbó durante la jornada de primarias del CHP, celebradas el domingo, cuando Imamoglu fue elegido como candidato presidencial, recibiendo alrededor de 15 millones de votos. La respuesta del gobierno ante las manifestaciones ha sido dura, con un creciente número de detenciones y un llamado a restaurar el orden en el país.
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