El acto de leer trasciende la mera obligación o necesidad biológica; es una puerta a la transformación personal y una herramienta que enriquece nuestra empatía, creatividad y entendimiento del mundo. Quienes se sumergen entre las páginas de un libro descubren no solo nuevas historias y culturas, sino también la profundidad de su propia existencia. La neurociencia respalda esta idea al revelar que la lectura activa múltiples áreas del cerebro, promoviendo así un viaje tanto externo como interno. Este proceso de inmersión en la literatura permite a las personas vivir múltiples vidas y experimentar diversas realidades, ampliando su visión sobre el mundo.
En el Día del Libro, es fundamental reconocer a todos quienes contribuyen a la preservación y promoción de la lectura. Escritores, editores, libreros y educadores juegan un papel crucial al fomentar una relación apasionada con los libros. A través de lecturas compartidas y la transmisión de historias, se crea un vínculo que enriquece tanto a la sociedad como al individuo. Este 23 de abril se celebra no solo un acto cultural, sino una forma de vida que nos invita a vivir más intensamente mediante la imaginación y el conocimiento que proporcionan los libros.
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