Las principales operadoras de telecomunicaciones de Europa, incluyendo Telefónica, Deutsche Telekom, Orange y Vodafone, han alcanzado la impresionante cifra de más de 1.300 millones de usuarios en todo el mundo, consolidándose en la elite global por volumen de clientes. En un mercado caracterizado por la intensa competencia, estas compañías destacan por su capacidad de adaptación y su enfoque estratégico hacia un crecimiento sostenible que les permite consolidar su presencia en diversas regiones del mundo. Telefónica lidera el grupo con más de 390 millones de accesos en Europa y Latinoamérica, mientras que Orange, con más de 290 millones, se fortalece especialmente en África, donde ha logrado establecerse como un proveedor clave en mercados emergentes.
Este liderazgo en número de usuarios se traduce en ventajas significativas que dan a estas telcos un posicionamiento estratégico en el sector. La amplia base de clientes no solo les permite optimizar inversiones y desarrollar ofertas diversificadas que combinan conectividad y servicios digitales, sino que también facilita la monetización de nuevas líneas de negocio, tales como ciberseguridad e inteligencia artificial. Así, estas operadoras se afianzan como pilares de la conectividad global, capaces de adaptarse a cambios tecnológicos y mantener una oferta atractiva en un entorno cada vez más desafiante, lo que las reafirma como referentes mundiales en el sector de las telecomunicaciones.
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