El presidente Pedro Sánchez ha pasado este fin de semana en la finca de Quintos de Mora, en Toledo, tras la sorpresiva dimisión de Santos Cerdán, exsecretario de Organización del PSOE, vinculado al caso Koldo por un informe de la Guardia Civil que destapó presuntas irregularidades en obras públicas. Este incidente ha intensificado la presión sobre el Gobierno, obligando a Sánchez a replantear su estrategia y abordar la crisis interna que azota al partido. La sesión de control en el Congreso, programada para el miércoles 18 de junio, se anticipa como una plataforma clave para que el presidente rinda cuentas ante la oposición, especialmente frente a Alberto Núñez Feijóo, líder del PP.
A pesar de la turbulencia, fuentes socialistas subrayan que Sánchez no se esquivará a las preguntas y está decidido a ofrecer explicaciones, después de haber solicitado disculpas a los ciudadanos y anunciado medidas de auditoría en el partido. Este lunes, la ejecutiva del PSOE se reunirá para discutir posibles acciones futuras, mientras el clima en el Congreso se ve marcado por demandas de comparecencia de varios grupos, incluyendo ERC y el BNG. Aunque la situación es delicada, el presidente ha descartado, por ahora, un adelanto electoral, enfocándose en resolver los problemas internos y en fortalecer su relación con los socios de gobierno.
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