El presidente ruso, Vladimir Putin, ha manifestado su disposición a extender el Nuevo Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (Nuevo START) con Estados Unidos, siempre y cuando el país norteamericano actúe de manera equitativa y no desestabilice el equilibrio armamentístico. La participación rusa en este tratado, clave para la reducción y control de armas nucleares, fue suspendida por Putin en febrero de 2023, aunque la vigencia del mismo se extiende hasta febrero de 2026. Durante una reunión con el Consejo de Seguridad, Putin subrayó la necesidad de vigilar de cerca las acciones de Estados Unidos, especialmente en relación con su arsenal de armas ofensivas estratégicas y sistemas de defensa antimisiles, descartando al mismo tiempo un interés de Moscú por una nueva carrera armamentística.

Putin hizo hincapié en la importancia del acuerdo firmado en 2010 por Barack Obama y Dimitri Medvedev, señalando que las políticas «extremadamente hostiles» de la administración de Joe Biden llevaron a Rusia a cuestionarlo. Sin embargo, con Donald Trump ahora en la Casa Blanca, parece que se están levantando puentes entre ambas naciones. En un gesto significativo, Trump recibió a Putin en Alaska para una cumbre bilateral en agosto, la primera desde el inicio de la invasión de Ucrania en febrero de 2022. Esta reunión indica un posible cambio en las relaciones con Washington, en un contexto donde la cooperación en temas de seguridad global es crucial.

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