En un trágico incidente en la provincia siria de Palmira, tres estadounidenses, incluidos dos militares y un intérprete civil, perdieron la vida tras un ataque de Estado Islámico. El suceso ocurrió durante una operación antiterrorista, según confirmó el Departamento de Defensa de Estados Unidos. Otros tres soldados resultaron heridos en lo que el Mando Central describió como una emboscada. El atacante, perteneciente a Estado Islámico, fue abatido rápidamente. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, subrayó que Estados Unidos no dejará impunes estas agresiones, prometiendo una contundente respuesta. Por su parte, el presidente Donald Trump condenó el ataque, lamentando la pérdida de «tres grandes patriotas» y señalando el riesgo creciente en áreas fuera del control del gobierno sirio.
El gobierno sirio también reaccionó, con el presidente Ahmed al Shara visiblemente afectado por los eventos. La agencia oficial de noticias SANA reportó sobre los importantes disturbios en la región, incluidos heridos sirios y estadounidenses. Las circunstancias del ataque siguen siendo investigadas, con diferentes fuentes sugiriendo que podría haber ocurrido dentro de la sede de la Inteligencia Siria en Palmira durante un encuentro crucial. El portavoz del Ministerio del Interior sirio, Nuredín al Baba, señaló posibles fallos de seguridad, mencionando que las fuerzas aliadas no prestaron atención a las advertencias previas sobre amenazas de Estado Islámico. El ataque coincidió con una visita de líderes de la coalición, intensificando la incertidumbre sobre el estado exacto del control en la región.
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