Al menos tres personas han muerto y más de una decena han resultado heridas en un nuevo ataque ruso en el norte de Ucrania, marcando otro capítulo doloroso en la prolongada invasión que comenzó hace casi cuatro años. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, condenó el ataque «masivo» contra infraestructuras esenciales, que incluyó el lanzamiento de más de 30 misiles y 650 drones, muchos de los cuales impactaron en diferentes provincias. Las víctimas incluyen a una mujer en Kiev y un niño de cuatro años en Yitomir, hechos que Zelenski lamentó profundamente, expresando su dolor en redes sociales. La ofensiva ha dejado a muchas regiones sin electricidad justo cuando las temperaturas invernales comienzan a descender.
Durante la noche, las fuerzas rusas atacaron con un uso intensivo de drones y misiles, apuntando principalmente a la infraestructura energética del país. Este ataque deliberado, descrito como «cínico» por la primera ministra ucraniana, Yulia Sviridenko, busca desestabilizar la vida cotidiana de los ciudadanos justo antes de Navidad. La respuesta ucraniana ha sido rápida, movilizando recursos para restablecer el suministro eléctrico y asegurando que las medidas de emergencia ya están en marcha. Las regiones occidentales de Ucrania han sido las más afectadas, con cortes de electricidad programados para estabilizar la situación. Mientras tanto, Ucrania insiste en la urgencia de apoyo internacional para defenderse y busca fortalecer sus lazos con líderes globales que se nieguen a permanecer en silencio ante esta crisis.
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