El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha expresado su creencia de que el líder ucraniano, Volodimir Zelenski, está abierto a la idea de ceder Crimea a Rusia. Estas declaraciones surgen en un contexto tenso, a pesar de las afirmaciones recientes de Zelenski respecto a la península, que fue anexionada por Moscú en 2014. Trump, al ser interrogado por periodistas en el aeropuerto de Nueva Jersey, recordó que la pérdida de Crimea ocurrió durante la administración de Barack Obama, sugiriendo que las circunstancias podrían repetirse.
La controversia se intensificó justo un día después de la reunión entre Trump y Zelenski en el Vaticano, donde ambos líderes mostraron una relación cordial. Sin embargo, Trump reafirmó su postura, afirmando que «Crimea se va a quedar en Rusia», lo que añade una capa de complejidad a la situación geopolítica en la región. Este cruce de declaraciones refleja las tensiones persistentes entre Estados Unidos, Ucrania y Rusia sobre el futuro de Crimea y la estabilidad en la zona.
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