El consejero de Hacienda de Castilla-La Mancha, Juan Alfonso Ruiz Molina, se prepara para asistir a una reunión técnica con el Ministerio a finales de abril, donde se discutirá la condonación de una deuda que asciende a cerca de 5.000 millones de euros. Esta reunión será crucial para determinar qué parte de la deuda puede ser perdonada, considerando que la antigüedad de los préstamos influye en los intereses que la región seguirá pagando. La Junta calcula que podría ahorrarse unos cien millones de euros más en intereses si se alcanzan acuerdos favorables en esta negociación.
Durante un pleno en las Cortes, Ruiz Molina destacó que la deuda de Castilla-La Mancha es en gran medida resultado de la infrafinanciación del sistema de financiación autonómica, y compartió su experiencia al asumir la cartera tras la gestión de Cospedal, describiendo el estado de la tesorería como desastroso. Además, se refirió a los resultados presupuestarios de 2024, que han arrojado un superávit, y criticó a la oposición por su constante descontento, independientemente de los números presentados. Con tono irónico, pidió claridad al Partido Popular sobre si prefiere un déficit o un superávit en las cuentas, afirmando que su objetivo es un equilibrio financiero.
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