España ha decidido postergar la votación para reconocer el catalán, euskera y gallego como lenguas oficiales de la Unión Europea, tras la presión de varios Estados miembros que consideran que el asunto aún no está lo suficientemente debatido. La presidencia polaca ha confirmado la decisión de «posponer» la discusión, en medio de dudas persistentes sobre el impacto legal y económico de la propuesta. En reuniones previas, solo Portugal y Bélgica expresaron su apoyo, mientras que la mayoría de los países, incluidos los nórdicos y los bálticos, manifestaron su inseguridad respecto a los aspectos jurídicos y financieros de la iniciativa.
Durante la discusión, varios ministros subrayaron la necesidad de avanzar con cautela, pidiendo más información antes de proceder a la votación. La portavoz del Gobierno español, Pilar Alegría, destacó que, aunque hubo avances en el apoyo a la propuesta, también existe un número significativo de países que solicitan más tiempo para el análisis. Así, Madrid se compromete a continuar el diálogo para alcanzar un reconocimiento que refleje la identidad plurilingüe de España, ante la incertidumbre que rodea la viabilidad de la modificación del reglamento de lenguas de la UE.
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